Detrás de cada personaje hay toda una historia llena de causalidades que te llevan al momento presente, un aquí y ahora cambiante que hace reinventarte con continuos aprendizajes.

He tenido un personaje totalmente “normal” hasta los 36 años, no nací con dones desarrollados y experiencias extrasensoriales desde pequeña. En esta edad la vida me arrojó una gran prueba donde caí en una depresión y ansiedad provocada por la muerte de mi padre y disputas con mis hermanos. Momentos de desconsuelo donde la vida no tiene sentido, parece ser que has cumplido con lo que la sociedad ha establecido, es decir, estudiar, novio, casarte, trabajo e hijas. Has hecho lo que te dicen que tienes que hacer, pero de pronto sientes un vacío interior y una incomprensión de no saber nada, de no querer nada…

Para mí es una especie de despertador, de búsqueda. Puedes levantarte y buscar o simplemente lo apagas y sigues durmiendo.

No sé definir exactamente que ocurre cuando de pronto te levantas un día y decides que ya no quieres más esta situación y deseas estar bien. Es una especie de impulso y a partir de ahí empiezas a buscar, aunque no sabes el que.

Una vecina de mi madre me habló del Reiki y decidí probarlo, en aquel entonces padecía de ataques de migraña. La experiencia fue buena, me sentí relajada, pero, ¿dónde estaban sus manos cuando tenía dolor? Me explicaron entonces que podría hacer yo misma el curso y aprender a utilizarlo para mí y para los demás. Nunca olvidaré este primer curso, fue intenso, tenía mucho miedo, entonces parecía que te ibas a meter en una secta o algo así, la gente que había era muy rara para mí, las oía hablar de flores de Bach, de péndulo, de mal de ojo, de ángeles y yo allí…más bien la rarita que no tenía ni idea de nada.

Salí bastante desilusionada, pero conocí a una amiga que me dio ánimo y me aconsejó empezar a leer algunos libros y a otra chica que fue la primera persona que ví utilizar el péndulo canalizando y conversando con él con un dominio increíble y sólo pensé en ese momento que algún día yo también haría eso…y lo conseguí. Fue todo un proceso de aprendizaje, de pronto quería saberlo todo y me dio por hacer cursos y cursos, mi búsqueda a todo tren.

Mi aprendizaje con el péndulo fue como siempre he dicho “a sangre”, entonces no había cursos, muchas horas de práctica, muchos enfados, mucha incomprensión. En mi casa tenía que trabajar a escondidas, parecía algo de “brujería”. Pero estaban cambiando muchas cosas en mí, me sentía más fuerte, más feliz con lo que hacía y más consciente de todos los cambios que tenía que hacer y enfrentar.

El poder contactar contigo misma, ser más consciente, todo esto lo conseguí a través de la herramienta más maravillosa que encontré, el péndulo. Ahora me dedico a poner en tus manos este regalo para que llegues a ser quien quieras ser y además disfrutando de ello.

De forma fácil y sencilla porque tienes toda mi experiencia a tu disposición.

Ahora puedo decir que me dedico a disfrutar y ver cómo podéis cambiar vuestras vidas al igual que yo.

¡¡¡Ver vuestras caritas de sorprendidas en los cursos…no tiene precio!!!!.

Gracias por acompañarme en este camino de aventura y aprendizaje.